C.V Resumen

Médica, especialista en Salud Ocupacional y en Epidemiología General de la Universidad El Bosque; experto universitario en toxicología de la Universidad de Sevilla. Profesor titular en la Universidad El Bosque para las especializaciones en salud ocupacional y en higiene industrial (Hasta 2021). Miembro activo de la Sociedad Colombiana de Medicina del Trabajo y en varias ocasiones miembro de la Junta Directiva; ha participado como autora de capítulos de libros de la Sociedad. Actualmente realiza asesorías en temas de químicos y de vigilancia epidemiológica.

Disertación: “Cáncer Ocupacional: Aspectos importantes para su prevención.”

El cáncer ocupacional es causado total o parcialmente por la exposición directa a agentes carcinógenos presentes en el lugar de trabajo o como parte de un proceso productivo. Requiere de largos periodos de latencia. Se considera por la OMS y la OIT como un problema de salud pública. La fracción global del cáncer atribuible a la ocupación oscila entre 3% a 6%, pero existen variaciones por país, sexo y tipo de cáncer, entre otras variables. La clasificación de agentes carcinógenos varía en países y en entidades, sus criterios no son comparables. La más consultada es la de la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC). Identificar los agentes presentes en los ambientes de trabajo. Con fines preventivos deben ingresar en el sistema de gestión los agentes clasificados en los grupos 1 y 2A de la IARC pero con fines de calificación de origen, sólo los del grupo 1. En casi todas las actividades económicas, algunas más específicas que otras, están presenten uno o más agentes carcinógenos como se observa en la monografías de la IARC o del ATSDR y en CAREX. En las empresas se deben identificar, hacer la determinación cualitativa del riesgo y priorizar la evaluación cuantitativa en los clasificados en “alto riesgo”. Con los resultados, crear matrices de exposición laboral y calcular la exposición acumulada a cada trabajador. Usar los valores límites permisibles para priorizar medidas de intervención médico-ambiental. Aplicar la jerarquía de controles. Importante el entrenamiento y capacitación, incluyendo los factores no ocupacionales dado que el cáncer es etiología multicausal. Múltiples fuentes de información para una adecuada gestión del riesgo.